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Juntos pero no revueltos

May 23, 2012

Un soplo de aire fresco. Revitalizar el periodismo. Acudir hasta las entrañas para desgarrar su esencia social. Profundizar en la democracia, dar voz a los que no la tienen y que los ‘mass media’ adquieran el valor final por el que un día vieron la luz: representar a la sociedad. Ése es el propósito que persiguen los medios comunitarios. Así se palpa de las palabras de Miriam Meda, coordinadora general de la Red de Medios Comunitarios (ReMC), Vicepresidenta de la Unión de Radios Libres y Comunitarias de Madrid (URCM) y Secretaria de Radio Ritmo Getafe.

‘¿Qué somos? ¿Qué queremos ser?’
El planteamiento inicial de su ponencia el pasado jueves 17 de mayo en la Facultad de Periodismo de la Universidad Complutense de Madrid ponía sobre la mesa no sólo el papel de los medios sino el del propio periodista respecto a la comunicación como herramienta de poder, para bien y para mal. ¿Disponen todos los estamentos de la sociedad de voz en los medios? ¿Están todos los estratos sociales representados en diarios, radios o cadenas de televisión? ¿Sigue vigente la teoría de la ‘Espiral del silencio’ que Noelle-Neuman planteaba a finales de la década de los 70? Eran algunos de los interrogantes que presentaba Meda.

Medios comunitarios
En un sistema donde los medios de comunicación convencionales tienen como objetivo final la búsqueda del beneficio económico, el fin social del periodismo pasa a un segundo plano. Para ocupar ese vacío y como antídoto a la mercantilización de la información, a medios que venden su alma al ‘dorado’, aparecen los medios comunitarios. Sus virtudes están servidas: pluralidad de voces; potenciar el valor social del periodismo; información libre de intereses desde el poder; en definitiva, perseguir un sistema más justo de comunicación. En España existen unas 16 cadenas de televisión y 150 radios dentro de la red de medios comunitarios. La ReMC recoge en su web el listado de todos los proyectos que la integran a lo largo y ancho de toda la geografía nacional. Desde Galicia hasta Canarias, pasando por Madrid o Cataluña. La mayoría de Comunidades Autónomas tienen representación en esta Red. La televisión vallecana ‘Tele K’ o ‘Radio Ritmo’ (Getafe Madrid), ‘Radiópolis’ (Sevilla) o ‘Radio Klara’ (Valencia), en el mundo de las ondas, son algunos de los más conocidos.

Tres cuestiones por resolver
Más allá de la loable línea de actuación de este tipo de medios en la constante búsqueda de que se reconozcan una serie de derechos a la comunicación del ciudadano o las ventajas que adopta respecto a los convencionales (desvinculación del poder), existen una serie de lagunas. En concreto, encuentro tres déficits:

  1. Fidelizar audiencia-. Uno de sus grandes rasgos distintivos es tratar de llegar a todos. Como ejemplo, Miriam Meda exponía que en una radio comunitaria a lo largo de la semana se podía emitir un programa taurino y, al día siguiente, otro antitaurino en la misma franja horaria. Ahora bien, ¿cómo delimitar, entonces, a tu público objetivo? ¿Cómo fidelizar a tu audiencia? Lo que en un primer momento se presenta como una ventaja, acaba convirtiéndose en un motivo de fragmentación del ‘target’.
  2. Subsistencia-. Otro de los focos de atención y de los mitos que circulan en torno a los medios comunitarios es cómo obtener beneficio económico. Es cierto que no todos los diarios, las radios y televisiones inmersos en el ‘sistema convencional’ cuentan con recursos suficientes para mantener su solvencia y que existen comunitarios que sí lo consiguen. Ahora bien, ¿hasta qué punto puede sobrevivir un medio que puede padecer ‘problemas’ para encontrar un público objetivo definido? ¿Cómo ‘vender’ o convencer a los inversores publicitarios para que compren un nicho en tu soporte?
  3. Intrusismo profesional-. Meda exponía en su intervención que todos los ciudadanos tienen derecho no sólo a la comunicación, sino acceso directo a ella. El oyente, lector o espectador, receptor tradicional (agente pasivo de la comunicación) dispone de la capacidad de tomar el mando y adoptar el papel protagonista como emisor. Cualquiera. Traspasa su condición de fuente de información, no es suficiente con darle voz a través del ‘filtro periodístico’, sino que toma el microfóno para enviar su mensaje ‘sin colador’.

Los medios comunitarios presentan una alternativa, otra forma de entender la comunicación, lejos de la dictadura del poder y los números financieros. Me resisto a pensar en que el apocalipsis del periodismo está cerca. Como reflejaba Gabriel García Márquez en su sentencia: “El periodismo sigue siendo uno de los mejores oficios del mundo”. Y yo no soy quien para quitarle la razón. Que así sea.

Por Javier Méndez

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